¡Poesias Genalguacil!
Futboleros de las cruces
En las cruces en el pasado,
los futboleros se reunían,
con ansias y pasión,
sus almas se encendían.
Bajo el sol abrasador
o la lluvia persistente,
en campo de tierra,
vivían el fútbol ferviente.
Con camisetas gastadas
y botines desgastados,
saltaban al terreno,
los sueños entrelazados.
Driblaban obstáculos
y corrían sin cesar,
con jugadas astutas,
buscaban marcar.
El balón, su tesoro,
rodaba con alegría,
los héroes anónimos,
en cada jugada, se unían.
El aire se llenó de gritos
y algarabía,
los futboleros antiguos
escribieron su poesía.
Los goles,
celebrados con cánticos y aplausos,
las miradas de admiración,
en todos los ocasos.
Con picardía y maestría,
tejiendo estrategias,
los futboleros antiguos
abandonaron sus huellas.
Y llegó el polideportivo,
modernidad en escena,
las cruces quedaron atrás,
pero su esencia no se apaga.
El césped artificial,
los focos resplandecientes,
el juego evolucionó,
pero aún quedan presentes.
En el polideportivo,
los futboleros se congregan,
el amor por el futbol,
en cada uno se refleja.
Las gradas abarrotadas,
el eco de los cantos,
la pasión desbordante
en cada intento y encanto.
Las leyendas del pasado
se entrelazan con los nuevos,
en ese campo de batalla,
de encuentros y deseos.
El espíritu futbolero,
eterno e incansable,
en cada paso, en cada gol,
es imborrable.
Los futboleros antiguos,
en las cruces y el presente,
mantienen viva la llama,
esa pasión tan ardiente.
Y así, en cada partido,
se sigue escribiendo la historia,
los futboleros en su templo,
forjando su memoria.
En las cruces y el polideportivo,
el fútbol persiste,
y los futboleros, con su amor,
nunca desiste.
Porque el balon es mas que un juego,
es un latido,
que une a generaciones
y trasciende al olvido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario